Asombro y consternación son adjetivos básicos para el intento de traducir el sentimiento de cualquier individuo con un mínimo de sentido ante, en pleno siglo XXI, el golpe de estado llevado a cabo en Honduras el domingo 28 de junio de la forma mas anacrónica; escena típica de la imposición del ejercicio del poder a través de la violencia aprendida por las élites oligárquicas de la tradición colonial autoritaria. En 2009 – en un mundo donde aparentemente cada vez mas se configura un orden multipolar en la relaciones internacionales – cuando a 20 años ya no existe la Guerra Fría para intentar justificar las acciones de los gorilas latinoamericanos orquestados por la obsesión enferma de un Estados Unidos determinados a hegemonía mundial, una oligarquía decadente de matices feudales en una de las mas pobres naciones del pobre continente centroamericano da pruebas de su pequeñez intelectual. El conservadurismo mediocre de los dueños del poder en la república bananera, por miedo de perder sus pequeños privilegios, avergüenza el país y todo el continente latinoamericano al acusar un presidente elegido bajo las mas estrictas normas de la democracia liberal de “romper el orden constitucional” por intentar establecer un referendum que permita una reforma en la Carta Magna de aquel país y así establecer el derecho a la reelección presidencial.
Sin embargo, pese todo el absurdo, horror y preocupación con la cuestión que esta en plena ebullición, lo que mas causa indignación es la reacción de algunos lectores en la internet, como en el espacio de comentarios del periódico brasileño Folha de Sao Paulo, y también en la red social Facebook, que intentan, quiero creer que por ignorancia, justificar el golpe sin ni darse cuenta que están apenas reproduciendo los discursos ridículos de los golpistas. Actúan como títeres de los intereses económicos tradicionales y ni sueñan en cuestionar el orden aplastante del poder financiero bajo la ilusión de que están posicionándose a la par de valores republicanos y del estado del derecho. En términos conceptuales ni valdría la pena comentar o contestar esos argumentos, pero en nombre de la contribución contra la ignorancia el tema merece el trabajo.
Los juristas de ultima hora, ademas de vomitaren en sus argumentos un positivismo jurídico distorsionado, parecen desconocer completamente la historia reciente de la América Latina y contribuyen, (bajo la misma tesis que ha sido utilizada a lo largo del siglo para la violencia golpista y dictatorial, lo del "riesgo" del socialismo) con una campaña antichavista que nuevamente muchos reproducen sin un análisis minimamente critico, dado que las fuentes de información de muchos que llenan la boca para llamar a Chavez de dictador no suelen exceder los noticieros superficiales de TV.
El presidente Zelaya es acusado de alinearse con ALBA y con el proyecto de Chavez, de Morales y de Correa como si eso fuera un crimen per se; los opositores (la élite retrograda y tradicional) de los proyectos políticos realmente novedosos en Latinoamerica actúan hoy con la misma voracidad que arremetían contra la “amenaza comunista” de los 60 y 70. Por miedo de transformaciones sociales que subvierten “la manera como las cosas siempre han sido” (Eric Hobsbawn, Sobre la Historia) los movimientos políticos de esos lideres, aunque llevados a cabo dentro de los preceptos de la democracia liberal y de la constitución, son acusados de antidemocraticos e inconstitucionales.
La lógica es tan ridícula que se me hace difícil creer que la intenten legitimar. El presidente Hugo Chavez es usado como chivo expiatorio. El golpe contra el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, es explicitamente tambien parte de una campaña contra Chavez. El argumento seria de que Chavez es un dictador porque a través de una consulta popular, (es decir, de la decisión soberana del pueblo) ha cambiado la constitución para que se permita la reelección. Zelaya, porque ha hecho Honduras ingresar en la alianza Alba, y quiere también consultar la población sobre la posibilidad de reelección acaba de igual modo siendo acusado de dictador, pese la aberración de esa teoría. Los ingenuos, los ignorantes, y la derecha mas radical y obtusa del continente, mismo cuando incluso los Estados Unidos rechazan el golpe, han puesto su cortina de humo en el presidente Chavez en lugar de tratar del golpe en si. Lo mismo hace ese triste señor, ex comandante del FMLN en tiempos de guerra, Joaquin Villalobos, que ha traicionado sus propias ideas y valores y hoy en lugar de ocupar una posición admirable entre los grandes nombres de la historia salvadoreña confirma mas y mas su lugar entre los execrables con sus comentarios falaces y análisis resentidos.
Y lo mas sorprendente es que, en la cabeza de los golpistas hondureños, la mejor defensa para el (presunto) ataque es atacar antes. Rompen el orden constitucional, mandan el ejercito a las calles, establecen toque de queda, reprimen manifestaciones, expulsan embajadores, mandan un presidente al exilio y, para colmo, quieren intentar defender sus posiciones a través de la absurda tesis de que el golpe ha respetado la constitución.
Lógica a aviesas
La (i)lógica del golpe de estado sigue siendo la misma; primero se ejecuta el golpe, después se intenta vender la idea de que la acción era una medida inevitable y sumamente necesaria ante la amenaza mayor. Esa es la misma (i)lógica que los asesinos y torturadores de la dictadura militar brasileña y sus simpatizantes utilizan para decir que el golpe de 64 fue una “revolución” para el bien del pueblo. Para legalizar el golpe, los militares brasileños dijeran que el entonces presidente Joao Goulart había abandonado la capital federal sin la autorización del Parlamento.
Zelaya no ha renunciado. Los golpistas falsificaran su carta de renuncia mientras lo expulsaban del país de manera cobarde. Los 192 países miembros de la ONU condenaran durante sesion extraordinaria realizada el martes la situación y presionan para que sea restituido el presidente constitucional. El presidente Zelaya no tiene orígenes políticos en la izquierda. Antes viene de sectores “muy consevadores”, como el mismo enfatiza en esa entrevista horas antes de ser secuestrado y derrocado.
La imposible y arrogante tarea del ministro de Asuntos Exteriores del gobierno golpista hondureño, Enrique Ortez Colindres, es de un moribundo esfuerzo para convencer el mundo, a pesar de la condena unánime de la Asamblea General de la ONU, de que el golpe no fue un golpe clásico, sino una acción que rompe paradigmas, una situación sui generis, como quiere sostener ese perverso pseudoacademico autor de un texto en ese blog (clique aqui para leer). El hecho de que el presidente usurpador no sea un militar, (como podria ser, dado el grado de implicación del general Romeo Vasquez) sino el desesperado diputado Roberto Michelleti, apodado por Chaves de “Gorileti,” no cambia en nada la naturaleza por definición violenta del golpe. ¿Con que cara dura el señor Olindres ira tocar la puerta de los países que, correctamente, le han dado la espalda después de tamaña violencia e incoherencia realizada por el grupo de usurpadores en Honduras?
Implicaciones para AL y para El Salvador
La moderada transición de poder que ocurre en América Latina esta amenazada. Los movimientos sociales de matices de emancipación, durante y después la Guerra Fría en los gobiernos autoritarios respaldados por los Estados Unidos, han permitido la llegada al poder de gobiernos de centro-izquierda en varios países del continente, pero la debilidad institucional especialmente de la región centroamericana todavía da margen a esto tipo de graves obstáculos a la consolidación democrática y genera sospecha en todo el hemisferio.
El Salvador, en el gobierno histórico recién iniciado con Mauricio Funes y el FMLN, ha decidido cerrar su embajada en Honduras mientras siga en el poder los usurpadores y participa junto con los demás países del C-4 (Guatemala y Nicaragua) de la suspensión del comercio con Honduras. Es importante notar que el gobierno Funes no posee mayoría en la Asamblea Legislativa de El Salvador y que la extrema derecha tiene el control de la Corte Suprema de Justicia. La organización no gubernamental Centro para Intercambio y Solidaridad (CIS), en nota pública, recuerda que “en una entrevista con el ex-diputado de ARENA, Rolando Alvarenga el 28 de junio en una emisora radial salvadoreña, él justifico el golpe de estado y dijo que los referendos populares no son permitidos en la constitución de El Salvador y mientras que el FMLN y Mauricio Funes no intenten un referendo, no tendrán problemas. El 29 de junio en una conferencia de prensa, los diputados de los partidos derechistas ARENA y PCN no condenaran el golpe de estado y hasta llamaron los otros países a no intervenir en la situación en Honduras”.
Ante el resto del mundo, la élite de Honduras crea una terrible imagen del trabajo de consolidación institucional y de avances democráticos que tan costosamente si ha estado construyendo en América Latina en las ultimas décadas, y en especial en Centroamérica, la región mas frágil del continente, la mas convulsionada, la mas olvidada y en términos generales recordada apenas por violencia, tragedias o situaciones que expresan su inmadurez y apariente incapacidad de alcanzar la paz y la estabilidad. Sin embargo, esa élite violenta y golpista se ha quedado aislada, tiene sus fronteras cerradas con todos sus vecinos y después del rechazo contundente de la OEA, de la Unión Europea y de la propia ONU deberá, ojala, haber que convencerse que los tiempos son otros.