Wednesday 27 April 2016

Textos curtos para Ítaca (?)




Quando eu abro os olhos pra onde estou olhando afinal?
Quando o olho abre, afinal?
Quando, olhando, o olho abre, afinal?
Quando o olho abre afinal?

Monday 25 April 2016

Del por qué el PT debe desaparecer, o el realismo de pedir lo imposible

* Por Aleksander Aguilar
 http://www.asuntosdelsur.org/blog/2016/04/15/del-por-que-el-pt-debe-desaparecer-o-el-realismo-de-pedir-lo-imposible/
El impeachment-golpe de la presidenta Dilma Roussef, en Brasil, será llevado a las últimas consecuencias por el grupo empresarial-parlamentario-mediático-judicial que lo promueve y conduce. Caso efectúese generará graves y largos efectos sobre el Estado democrático de derecho brasileño y sobre toda la región suramericana (1). Sin embargo, ante esta profunda y dramática crisis política y de representatividad brasileña, hay gente que aún habla de un “rescate” de la identidad del Partido de los Trabajadores (PT).
Las identidades políticas, sin embargo, no son fijas ni estables para que sean simplemente “rescatadas”. Éstas se constituyen, precaria y de manera contingente, a partir de una articulación alrededor de un punto nodal, generando un nuevo discurso que puede hegemonizarse, creando una narrativa que da terreno para que las diferencias innegociables de los actores involucrados no desaparezcan, sino que configuren cadenas de equivalencia que permitan la acción conjunta.
Esta agremiación que se enorgullece, en las palabras de su principal exponente (2), en ser “la más grande y exitosa organización de izquierda de América Latina”, ha sido resultado de una situación discursiva de finales de 1970. Ha surgido precisamente en febrero de 1980 y ha funcionado por varios años como un gran Frente donde conviven muchos colectivos políticos oriundos de distintos orígenes y matrices ideológicas, siempre asociados a un presunto gran campo de izquierda, que se articuló durante el período final de la dictadura civil-militar en torno al discurso por Diretas Já! y a partir del antagónico común que la dictadura representaba.
Luego de 36 años y de victorias tan importantes como cuatro elecciones al gobierno federal brasileño, el Partido de los Trabajadores solo existe porque Luis Inacio Lula da Silva existe. Las recientes encuestas de intención de voto que apuntan a Lula como el favorito para la presidencia de la república en 2018 (3) apenas comprueban que el petismo es demasiado lulista, sumamente dependiente de este único nombre, lo cual no fue obra de las circunstancias pues el partido así lo quiso, hizo todas sus apuestas y canalizó su arrogancia en esta dependencia.
La sigla estuvo tan dedicada a construir su famosa “gobernabilidad” a lo largo de todos estos años en el Poder Ejecutivo Federal, sin una real renovación de cuadros y líderes con, al menos, una mínima fuerza electoral, que todo su “legado” en cuanto proyecto nación – que es algo como mínimo conceptualmente disputable – se perdió en la obvia falta de autocrítica que enmarcó su actuación gobernante. Un error que cobra ahora un precio letal.
Del coma a la muerte
En líneas torcidas, el politólogo y periodista, vocero de la Presidencia en el primer gobierno de Lula, André Singer, confirma esta idea cuando afirma que el lulismo está en coma pero aún no está muerto (4). El PT parece buscar, todavía, su salida para este debilitamiento crónico a partir de Lula y con la errónea metodología que siempre mantuvo en estos 16 años de gobierno, es decir, evitando reformas estructurales y haciendo concesiones, incluso (y principalmente) éticas. Estas concesiones fueron hechas a lo peor habido en los poderes republicanos y fácticos contemporáneos: a la industria del agronegocio y de los gigantes internacionales de la construcción, que permitieron la expansión de la “cultura de corrupción” y se hicieron garante del crecimiento económico del país a un terrible costo social; a la base parlamentaria neopentecostal que ha hecho retraher derechos humanos y sociales; a las grandes corporaciones mediáticas (las mismas que ahora critica en el contexto de la operación “Lava Jato”) con acuerdos publicitarios millonarios que evitaron el necesario debate sobre la democratización de las comunicaciones, y más recientemente, ofreciendo descaradamente más y más cargos de gobierno a la derecha nueva y la tradicional (sus aliados desde el primero gobierno Lula, a propósito) a cambio de votos que eviten el avance del proceso de impeachment.
Singer reconoce que el Lulo-petismo nunca ha tenido la preocupación en romper con las reglas del juego, sino en hacerse un jugador de relevancia a cualquier costo. Él ha sido perentorio en afirmar que las reformas estructurales durante el periodo de auge de las commodities, que en gran medida han asegurado el éxito de los gobiernos Lula, nunca fueron parte de la agenda, era una tesis demasiada “abstracta” (5).
Los gobiernos del PT no han querido, deliberadamente, establecer las condiciones materiales para crear un proyecto de nación y se convirtieron al lado de las élites tradicionales, en rehenes de su propio éxito. El PT creó una presunta inclusión social a partir del consumismo, y no de la ciudadanía, creyendo que todo se mantendría bien en cuanto los pobres se hiciesen menos pobres, aunque los ricos se hiciesen más ricos.
En lugar de buscar cambiar la balanza del poder de Brasil, tan obviamente pendiente hacia el lado de las élites que aseguran la desigualdad e injusticia social en el país – con medidas como la históricamente esperada reforma agraria, la urgente reforma política y electoral, la democratización de los medios de comunicación, por ejemplo –, el PT ha preferido jugar el juego de los truenos, que es aquel que cuando juegas, vences o mueres.
Es así que el Lulismo y el PT se están muriendo. El partido, bajo la celebrada “habilidad” política de Lula, prefirió pagar un precio ridículo para mantener sus aliados parias en nombre de la presunta realpolitik de la gobernabilidad, y en lugar de gobernar como dice la diputada federal y figura de renombre de la izquierda brasileña Luiza Erundina, con el pueblo (6). Es decir, en lugar de una alianza concreta, efectiva y orgánica con la sociedad civil, el PT decidió hacer “lo posible en las condiciones que encontró”, sin dar batalla a ningún esfuerzo para transformar estas condiciones y, especialmente en este segundo gobierno de Dilma,  con un Legislativo podrido para el cual tuvo que dar concesiones, incluso éticas, inmensas, con las cuales se metió y se entremezcló.
Lo más patético es que estos “aliados” de casi 20 años de gobiernos petistas – avisados que estaban desde siempre por las fuerzas realmente progresistas, incluso desde adentro del PT – han probado ahora, con el proceso de impeachment-golpe en curso, que nunca vieron al partido más que como una alianza táctica, aquella que permitiría, y permitió, que sus ganancias fueran garantizadas y maximizadas durante la década del boom de lascommodities. Dilma puede caer no por haber enfrentado los intereses de las élites en favor de un Estado más social, sino por no haber tenido la capacidad de seguir atendiendo sus expectativas y deseos.
Pero un constante y fuerte crecimiento económico es justamente aquello que el capitalismo no puede ofrecer, no se sostiene por mucho, y la combinación de la caída de la economía global, con pésimas políticas nacionales de incentivos industriales, han cerrado el ciclo neoliberal de la inserción internacional brasileña. Esto ha puesto en explícito de qué manera al dejar de ser útil a sus intereses y al ya no ostentar la popularidad de antes, el PT seria desechado como una herramienta obsoleta, tal cual se ve ahora con el impeachment-golpe que buscar doblar el Estado democrático de derecho a voluntad de sus elites tradicionales.
Esta es la lección pendiente del PT: aprender, por fin, la metáfora del instrumento sin finalidad, entender que un partido político no es un fin en sí mismo, que herramientas – tal como lo son partidos políticos en general– se desgastan y por lo tanto pueden o deben desaparecer.
Realismos y realidades imposibles
Esta desaparición petista puede ocurrir de dos modos: un entierro absoluto de la sigla o un “fin de lo que es tal cual la conocemos”.
Así como está, con un claro matiz de centro-derecha el PT ya no sirve a nadie. Con la derecha, considerando el infierno que el gobierno vive en este momento, el partido ya sabe (o debería saber) que no tendrá apoyo. Y después de utilizar la “amenaza del retroceso” como chantaje electoral en 2014, aunque luego en el segundo gobierno Dilma haya descaradamente pasado a implementar precisamente una agenda económica neoliberal, ahora utiliza el discurso del golpe para buscar apoyo junto a una “base” de izquierda. Como ha criticado Frei Beto, el PT apenas se acuerda de los movimientos sociales a la hora de apagar los incendios (7).
Es decir, el PT está en la capacidad de cocinar todos los ingredientes para quedarse solo, sin embargo, paradójicamente, en lugar de soledad, puede optar por desaparecer.
Pensar que el partido ahora está más lejos que cerca de la posibilidad de promover algún tipo de reforma estructural, es ignorar que todos los ratones abandonaron el barco. Y por lo tanto, por el mismo pragmatismo o realismo del cual se hizo tanto autobombo en los últimos años, el gobierno debería entender que es con la izquierda con quien podría contar si llega a dar señales de una agenda progresista, o incluso radical. Lo que está en juego en Brasil hoy no es el gobierno del PT, ni su legado. Las protestas callejeras del 18 y del 31 de marzo han probado que las fuerzas políticas de izquierda, y no apenas las partidarias, están dispuestas a defender el país, más no al gobierno.
Tales marchas “contra el golpe” no han ganado la tilde de “históricas” porque fueron a favor del PT, sino porque como no ha sido visto en más de 30 años, articularon alrededor del punto nodal Abaixo a rede Globo! a las izquierdas brasileñas, incluso y principalmente las no-partidarias, fortaleciendo a su paso el discurso por la democratización de los medios masivos de comunicación. Esto debe ser respetado y comprendido.
Quizá quede aún un pequeño y último espacio para una reorganización del PT con los movimientos sociales, si aquél decide llevar a cabo mínimamente la agenda y programa con los cuales se comprometió durante la campaña electoral.
De otra forma, en un momento tan crucial, determinante e histórico como el actual en todos los sentidos, y alcanzando el máximo de irrespeto hacia su base de origen al dedicarse de lleno a la política mediocre de una ingeniería institucional basada en intercambio de votos por cargos públicos, reforzando su estelionato electoral y, al fin y al cabo, evitando realmente ser realista, el PT habrá llegado a su límite total en este año. Y por coherencia y mínimo de responsabilidad con su historia, debería desparecer, destruirse, convertirse en una referencia del pasado y dejar brotar lo nuevo.
Porque si el futuro no es un horizonte de predicciones, al menos algunas importantes lecciones los brasileños podemos sacar de todo esto, principalmente de la ingenuidad del realismo puro. Tal como alguna vez pensó Macchiavello, el realismo político no es un valor abstracto, sino apenas en relación a su empleo en el tiempo. “¡Seamos realistas, pidamos lo imposible!”
1- La crisis política de Brasil afecta a toda la región http://www.lanacion.com.ar/1886120-la-crisis-politica-de-brasil-afecta-a-toda-la-region
2- Exclusive Interview by Glenn Greenwald with Former Brazilian President Lula da Silvahttps://theintercept.com/2016/04/11/watch-exclusive-interview-with-former-brazilian-president-lula-da-silva/
4- “O lulismo está enfraquecido, até em coma, mas não terminou”, analisa André Singerhttp://ihu.unisinos.br/entrevistas/553303-qo-lulismo-esta-enfraquecido-ate-em-coma-mas-nao-terminouq-entrevista-especial-com-andre-singer
5- IDEM
6- Aliança com povo evita governo “refém do Legislativo”, diz Erundinahttp://www.cartacapital.com.br/politica/erundina-buscar-governabilidade-nao-significa-fazer-concessoes-eticas
7- PT só se lembrou dos movimentos sociais na hora de apagar incêndios, diz Frei Bettohttp://noticias.uol.com.br/politica/ultimas-noticias/2016/04/10/se-dilma-antecipar-eleicoes-estara-renunciando-diz-frei-betto.htm

* Aleksander Aguilar es periodista, lingüista, y doctorando en Ciencias Políticas. Coordina la red-plataforma O ISTMO www.oistmo.com

Pitacos meus sobre a crise no Brasil em 2016

Tenho estado escrevendo sobre a crise política, de representação e representatividade que vive o Brasil desde março de 2016, momento em que se atingiu um ponto alto de um longo e complexo processo da conjuntura nacional que se arrasta desde as eleições de 2014, e com mais precisão pelo menos desde 2013.
Em tempos de facebook, muitos textos são apenas breves posts, que para não se esfumaçarem nas timelines, vou deixar registrado aqui para eventual consulta aos alfarrábios...
Outros são mais longos, produzidos diretamente em espanhol (a maioria sem revisão), também deixo em evidência aqui, neste meu grande arquivo pessoal online.


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Tem gente se lamentando e desanimando diante do provável afastamento da Dilma. Ora, pra vocês a democracia é só isso, mesmo? A defesa do mandato da presidenta? Em pernambuques-gauches ao mesmo tempo, pra se escutar de Norte a Sul do Brasil: Oxeeeee, tá doido, é? Se é agora que a pelea fica boa, tchê! A conspiração em curso é "palaciana" porque este foi o Palácio, deliberadamente, que se quis armar... Vejo uma galerinha enchendo o peito pra dizer: "Não, eu não votei no Temer!. Ah, votou, sim, nego, lo siento. Então não adianta desesperar agora! Nós não estamos nas ruas, e neste debate, para salvar a democracia liberal e a Constituição de 1988 simplesmente, e menos ainda apenas esse mandato troncho. Ou cês estão? ... Estamos debatendo justamente os sentidos de democracia, dizendo o que sempre se disse: Podemos mais, e a conjuntura, finalmente, nos permite isso. Há espaço para uma nova articulação - que não passe pelos tristes acordões do Lulo-petismo que em grande parte nos levou a isso - uma nova identidade, precária e contingencial, como sempre é, mas particularmente possível e necessária neste momento, entre todos os atores políticos dispostos a esta mobilização. O passado não pode ser mudado. O futuro sim.

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HAVERÁ NOVAS ELEIÇÕES GERAIS NO BRASIL AINDA EM 2016?
Se o impeachment não for barrado no Senado – e tudo indica que não – então provavelmente, sim.
Essa polêmica proposta, que teve como umas das primeiras vozes a corrente do Psol, Movimento Esquerda Socialista, onde participa a ex-candidata Luciana Genro pode ser, por vias tortas, efetivado.
Particularmente porque eleições gerais agora podem evitar o pior cenário, possível, para a conjuntura brasileira, que é aquele em que uma nova presidência da república seja eleita por VOTO INDIRETO.
Ou seja, um novo Executivo eleito pelo Congresso Nacional, por estes mesmos deputados que deram um show de horrores ao Brasil e ao mundo no dia da votação do Impeachement de Dilma ao mostrarem toda sua baixaria. Uma eleição indireta, contudo, seria algo inédito na história do país, mas sim, isto é bem possível.
Serão estxs homens e mulheres, que deixaram expostas em transmissão ao vivo as vísceras, podres, da crise de representação política brasileira – fruto das regras do jogo como elas são hoje – que elegerão outro(a) presidente(a) caso a chapa presidencial eleita em 2014, Dilma\Temer caia, por uma eventual impugnação do TSE, a partir do ano que vem, em 2017. Neste caso, porque haverá passado mais de dois anos do início do mandato, segundo a definição da jurisprudência da Justiça Eleitoral brasileira, a escolha de uma nova Presidência da República seria, para materializar nossos piores pesadelos, indireta.
Para evitar isso, que é um enorme e real risco, e entendendo que o afastamento de Dilma do cargo após a votação no Senado (15 de maio) por 180 dias, até o julgamento final presidido pelo STF, é uma realidade, a alternativa que tem crescido como “solução” para o PT seria, efetivamente, aproveitar as eleições municipais de outubro deste ano para que sejam chamadas também novas eleições gerais.
Segundo algumas fontes, o PT, como mínimo, já flerta com a possiblidade, e para outros já a tem como certa. Com isso Dilma evitaria uma renúncia, que disse reiteradamente que nunca faria, e armaria um “contragolpe” a Temer, que já tem feito às amarras com nomes para ocupar cargos no governo, dando por certo o impedimento da presidenta.
Considerando que já há, e pode haver ainda mais, suficiente evidência também para impedir a Temer de governar (e ele sabe que sua governabilidade seria muito fraca realmente, tendo, como mínimo, a vigência de um “inferno” nas ruas até 2018) mesmo que ele diga se opor a ideia hoje, deverá aceita-la, ou ser forçado a isso.
O impeachement, neste caso, pode ser vantajoso para o PT, que poderá reforçar a narrativa do “golpe”, e ter uma forma, estranha, de seguir no jogo, muito provavelmente com Lula - já que o partido, em termos de grandes atores de expressão nacional, se converteu numa sigla de um nome só.
O que as esquerdas farão neste caso? Aceitarão conversar com o PT? E o PT finalmente fará a autocrítica e dobrará, por razões pragmáticas, a um outro tipo de agenda e alianças? Não tendo mais “pra onde correr”, aparentemente, tendo quebrado os pratos, ou sido descartado, por todos aqueles atores partidários da velha e nova direita que davam sustentação ao modelo Lula-petista, como o Partido dos Trabalhadores enfrentaria uma outra eleição? Será factível pensar numa chapa entre o Psol e o PT?
Há espaço para uma nova articulação, uma nova identidade, precária e contingencial, como sempre é, mas particularmente neste momento, possível e necessária.

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Argumentando pela “‪#‎autocríticadoPT‬” na atual conjuntura sociopolítica nacional tenho tomado pedras de vários lados.
Há entrincheiramentos de posições baseados em assunções sobre o sentido da posição do outro.
É preciso começar por esclarecer, porém, que não há ingenuidade nem inocência em fazer esta discussão, como a arrogância da crítica à esquerda muitas vezes ironiza ou transparece.
E tampouco se está simplesmente entrando pro grupo dos que gritam “bem feito”, ou apenas apostando no fogo no circo para purificar os pecados da mulher barbada...
Não podemos deixar falsos binarismos ganhar momentum.
Quando governistas fazem a linha de “criticar a crítica que pede a autocritica”, acabam por soar como fazendo a defesa incondicional – que parece, e é, típica de muitos governistas.
Da mesma forma que chamar o PT a assumir responsabilidades pode ser visto por aqueles como uma postura que se enquadra entr o grupo dos "quanto pior melhor".
Não acho que há dicotomia entre “verdadeiros” e “pragmáticos” de esquerda, contudo, porque não entendo identidades políticas como fixas, razão mesma pela qual não acho que o PT está em uma “crise” de identidade, e que precisa ser “resgatado”.
O que deve ser primordialmente entendido é que dentro do próprio jogo institucional o PT está ficando sem opções. Dialogar e sentar com a esquerda será o quase o único movimento pragmático possível que lhe resta. Não tem nada a ver com o despertar, um belo dia, de uma consciência que lhe atormente a alma e buscar4á redenção...
A "autocritica do PT", ou outro melhor nome que se encontre, está acontecendo. E por razões, que os mestres da realpolitik adoram gabar-se que são as que os movem, bem reais.
O PT vendo que não tem outra saída a não ser dialogar com outras forças políticas de esquerda já está em curso. Não sou eu que estou dizendo (repetindo...), e sim, entre outros, o Fernando Haddad, prefeito de São Paulo pelo PT, em recente entrevista para a Folha. O jogo do “ganha-ganha” para todos (que foi mote do modelo petista: pobres menos pobres, ricos mais ricos) é, e sempre foi e será, insustentável a longo prazo.
Nas palavras do Haddad: "O PT tem muita capilaridade. Mas o PT vai ter que pensar, daqui para a frente, mais o campo progressista do que o próprio partido. Isso já estava na cabeça do Lula em 2010, quando sinalizava inclusive um apoio ao Eduardo Campos em 2018".
Não precisamos ser lembrados de como funciona o PT internamente. Estivemos bem lá dentro. E por isso também sabemos que se a posição interna do partido por reconhecimentos de responsabilidades, tão mais coerente e socialmente responsável, fosse tão “imensa” assim, (como alguns dizem que é) não seria lógico deduzir que ela simplesmente “não se reflete nas escolhas do governo”.
Haveria disputa, e disputa não existe no PT há pelo menos mais de 15 anos. Podem dizer: “sim, porque o governo não é só o PT”. Exato, não é só o PT, nem deveria nem poderia ser, mas tinha que ser com toda a corja histórica da política nacional?
Ah, tinha que ser com partidos que tivessem força legislativa, pra garantir a governabilidade... Eram só estas opções possíveis diante do presidencialismo de coalizão?
A lógica de que governar sempre “é um serviço sujo mas alguém tem que fazer” é uma falácia! A questão de fundo do governar é sempre a mesma: onde traçar a linha limite? Como e onde definir o “nós” e o “eles”?
Se realmente se disputasse poder na sociedade, e não apenas governos; se o foco da conquista fosse por gerar cidadãos, e não acreditar que se está fazendo inclusão social ao simplesmente se aumentar o número de consumidores de eletrodomésticos da linha branca, então talvez estes partidos e seus nomes, ignóbeis, que hoje tem imensa força legislativa não fossem tão fortes assim.
O jogo não tem que ser assim tão imundo, não, se houvesse existido mais esforço para mudar as suas regras, que parecem que eram, e são, um horizonte intransponível para uma melhor forma de governar e com quem se aliar, na lógica do petismo hegemônico.
"(O PT)Jogou o jogo. E quando você joga um jogo com as regras que você contesta, está sujeito a cometer os equívocos que seus adversários cometeram", diz Haddad também.
A palavrinha perdida nas ciências sociais hodiernas é a chave: ideologia.
O campo hegemônico do PT nos anos 90, liderado por José Dirceu, ganhou a disputa ideológica do PT desde aquela época e por consequência o partido vem se “endireitando” cada vez mais desde então, principalmente sob esse discurso, perverso, de que “isso é realismo político”, “só se governa assim”, “vocês só sabem fazer oposição”.
E mais: mantendo, brilhantemente, a linha discursiva que permitiu o PT ser visto por incautos como o que encarna o “bem”, que o partido apenas é obrigado, pelas regras do jogo, a se prostituir com o “mal”, deixou de admitir, e portanto enganou a famosa base (pelo menos aquela mais combativa ainda restante) que essa é a identidade - algo do tipo centro-direita - que a sigla foi assumindo.
Esse discurso do suposto fetiche em se manter oposição, aliás, do qual somos acusados, curiosamente é o mesmo com o qual a direita atacava o PT antes dele ganhar o Executivo Federal, e o qual o PT fortemente rebatia. Veja a ironia. Ai o que aconteceu? O PT “amadureceu”, né, dirão alguns, com a “Carta aos Brasileiros”, que permitiu o acordão da governabilidade....
Acho que o partido fez, sim, e no mínimo desde as eleições de 2014, a construção de um maniqueísmo entre o bem e o mal: onde ele é o bem, e as forças todas asquerosas da direita velha e nova são o mal, sem reconhecer, porém, que este “mal”, não era apresentado como tal até o momento que passou a botar as asinhas de fora.
É o que os memes de facebook chamam de “a arte do PT-dô: atacar com a direita, se defender com a esquerda.”
O governo do PT foi e é este mesmo que vemos desde a aliança com o PL em 2002, mas até o momento que houve “traição” no Palácio tudo estava correndo sob a normalidade do presidencialismo de coalizão...
Ora, a traição então se configura quando? Quando o lixo que colocamos pra dentro de casa começa a feder? Mas não sabíamos que foi sempre lixo? É que antes domesticamos nossos narizes com os prendedores de roupas que demos a todo mundo, né? Daí, com a crise internacional das commoditties, não dá mais pra comprar prendedor pra todos, já que ter acesso a grandes quantidades desses prendedores estava calcado sumamente num modelo que não se sustentava mais, né? Então se começa a ouvir reclamações do cheiro. É, lixo fede mesmo.
Por fim, é evidente que há possibilidade de diálogo, desde que o PT passe a aceitar a crítica ao invés de tentar se defender, sempre, presunçosamente dela. E essa aceitação passa por entender que a sigla, ao fim ao cabo, não é nada, é apenas uma ferramenta, que quando fica obsoleta, deve ser jogada fora. O PT está nesta situação hoje, ao borde, e a única coisa que segura a queda da sigla é o fator Lula. Se Lula morresse hoje, o partido também deixaria de existir.
O que está em disputa, e que me anima a entrar neste debate, é precisamente o espaço, que não se tem há muito tempo, com muitos atores e coletivos (vide marchas dos dias 18 e 31 de março) para construir um projeto que não seja o do acordão do lulo-petismo vigente desde 2002, nem o “resgate” de identidade do PT.
Nós, críticos à esquerda, não estamos nas ruas, e neste debate, para salvar a democracia liberal e a Constituição de 88 simplesmente... Podemos mais, e a conjuntura, finalmente, nos permite isso. Há espaço para uma nova articulação, uma nova identidade, precária e contingencial, como sempre é, mas particularmente possível e necessária neste momento, entre todos os atores políticos dispostos a esta mobilização que passa pelo reconhecimento do PT de que este modelo falhou, e pela descoberta de um ponto nodal que permita uma nova hegemonia discursiva.
Sem a disposição de ouvir as vozes mais combativas, como tem sido a marca da prática petista há muito tempo, até o ponto de expulsão de gente da sigla como se fez no começo dos anos 2000; sem fazer, por fim, a autocrítica, não vai dar. Um novo bloco histórico pode nascer, e nós precisaremos, sim, do PT para isso.
O passado não pode ser mudado, o futuro sim.
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É claro que não queremos Temer, (nem Cunha, nem Calheiros, nem ninguem da corja do PMDB), mas não é curioso pensar/lembrar que ele é o vice-presidente do Brasil porque também recebeu legitimamente os 54 milhões de votos que Dilma recebeu? Votaram nela, votaram nele, né? E olha, ele já era do PMDB, ta? E o PMDB ja era, e é, o que sempre foi...‪#‎pelaautocriticadoPT‬

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Tá reclamando do conteúdo da declaração de votos dos deputados no impeachement? Ta vendo e achando ruim o baixo nivel?
Pois esta é a Câmara de Deputados do Brasil, a dos que votam pela sua família e por Deus (pra mencionar só esses exemplos), e ilustram o tipo de gente e pensamento com a qual o PT fez 16 anos de "repactuação nacional"... 
Chamou de aliado, de amigo, apertou mão, deu cargo, posou junto pra foto, em nome do "realismo" da governabilidade... 
Dá pra entender porque fazemos a crítica de esquerda?
‪#‎pelaautocríticadoPT‬

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A pergunta óbvia é: por que o atual Congresso brasileiro é o que é? O mais reacionário da história do Brasil?
Não será que esse abjeto Congresso é o que é porque foi eleito por um eleitor que tem a noção de política que tem? Em parte.
Grande percentual dxs atuais deputadxs foi eleito em função do famigerado quociente eleitoral, que é parte das tradicionais distorções do nosso sistema de votos, um antigo problema, muito criticado, cuja famosa reforma política deveria atacar.
Mas esse eleitor (que ao fim e ao cabo votou em todos os personagens que ali ontem falaram) não tem essa (falta) de noção do poder do seu voto também porque os governos em questão não fizeram, deliberadamente, a real disputa na e da sociedade? Certamente.
O PT não tentou aproveitar seus quase 20 anos de governo para criar cidadãos. Insistiu e se contentou, através do chatissimo e perverso mantra do "realismo da governabilidade", em gerar apenas consumidores acreditando (?) e fazendo acreditar (!) que isso era inclusão social.
Seguiu todos esses anos confundindo governo com poder, e se apequenou ao fazer no Executivo apenas uma administração pública, um gerenciamento do capitalismo grotesco, comprometido com o grande capital financeiro, nacional e internacional.
O pensamento fundamentalista e reacionário hegemônico neste Congresso é também, sim, fruto desta covardia (e inclusive má-fé mesmo de vários oportunistas que se filiaram, ou já estavam filiados ao PT nesses anos) de não enfrentar estruturas e interesses da elite tradicional e da sociopatia dessa nova direita fundamentalista, de se refastelar com toda a corja da Bancada da Bala e Evangélica para que logo fosse execrado por esses mesmos sócios, em nome “de Deus”, da “netinha”, da “família” e “por todos os corretores de seguro”...
O PT hegemônico preferiu tentar acomodar a todxs, ignorando a realidade histórica infinitamente comprovada de que não há real transformação emancipatória sem rupturas. Ao longo desses anos o petismo abraçou-se a um lado, deliberadamente, e agora reclama que esse lado feio e sujo também o manchou e deixou fedendo...
Apenas uma posição governista fisiológica ou fervorosa - espero que um fervor não tão fundamentalista quanto a do perfil desse Congresso - é que se nega a admitir isso.
Só a autocritica do PT, real e profunda, sempre postergada daquelxs companheirxs que estão ali que ainda merecem ser assim chamados (eu sei, compas mais críticos, esse otimismo...) poderá dar margem a uma articulação das diferenças das forças de esquerda do país para uma, necessaríssima e única possibilidade conjuntural, cadeia de equivalências em torno ao antagônico que este impeachment-golpe representa. ‪#‎pelaautocriticadoPT‬
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O que chamamos hoje no Brasil de crise política é, no frigir dos ovos, uma crise de representação e representatividade. Portanto, quando nos perguntamos se “acreditamos que há qualquer possibilidade de haver um governo de esquerda que não se renda à necessidade de maioria no congresso, ou seja, ao capital”, ou se “teremos de ser eternamente oposição?” deixamos de lembrar que essa é a questão eterna, sim, de grande parte da esquerda, expressa poderosa e materialmente na nossa conjuntura nacional.
Mas há uma distorção nela: ela pressupõe que há uma esquerda "pura" e "verdadeira", e que a ideia de que uma "revolução"(...) é o horizonte emancipatório a ser alcançado.
Ora, não, não há horizonte final, não há redenção, a história não termina com o estabelecimento de uma outra, hipotética, narrativa. Este é o meu entendimento mais marxista: o conflito nunca acabará, e é o motor da dinâmica social. Política é processo de estabelecer uma ordem da comunidade, de uma sociedade, não de gerir uma empresa.
Governar nunca foi, e nunca será, sinônimo de poder, e este foi o grande problema petista: fez TUDO para governar, não fez quase nada para disputar poder.
Essa linha de raciocínio de que "nada podia ser diferente"; o exemplo claro do "realismo da governabilidade".demonstra que o PT ganhou a disputa discursiva que estabelece a linha divisória: "até aqui podemos chegar". É o exemplo típico do maniqueismo: parte-se do pressuposto, que muita gente, boa, parece acreditar e estar convencida, de que o teto é baixo, mas é melhor ficar abrigado sobre ele mesmo, porque pior do que está pode ficar,sim (Cunha, Bolsonaro e os demais).
Claro que é verdade que pode ficar pior, mas também é verdade que poderia ter ficado melhor. Nesse debate, como há um bom tempo tem-se feito nas ciências sociais inclusive, se deixa de lado um conceito que não se pode mais ignorar: ideologia.
O PT, que não é um partido homogêneo, como sabemos, foi capturado há muitos anos por uma direção majoritária com uma ideologia do tipo "inserção soberana no mundo globalizado" que levou o partido a se afiliar - definitivamente, ao que parece, baseado em quase 20 anos trabalhando para isso- por um entendimento no mínimo socialdemocrata.
Isso significa que ele não foi apenas refém da direita, ele se tornou mesmo, em grande parte, a direita.
As direções do PT não acreditam que fizeram concessões à direita, mas sim fizeram o que tinham e era possível fazer. E a sua militância, onde ainda se inclui gente sincera e inocente, ficou ali acreditando nisso... submetendo-se à essa hegemonia discursiva perversa que os envolveu.
A forma de governar do lula-petismo, de "pactuação nacional" (que nem isso Dilma conseguiu fazer), jogando a culpa dos seus limites na regras do jogo, sem nunca fazer nenhum esforço por mudar essas regras, comprova sua opção ideológica, da qual muitos, talvez a maioria dos petistas, é parte.
Isso é a arrogância, a falta de autocrítica, a sensação de autossuficiência que caracterizou este partido porque sempre teve um coringa para jogar: o Lula.
Deixe Lula de existir hoje,e o PT morre com ele, porque não houve e não há outros quadros que segurem a coesão da sigla.
Isso significa que Lula é o melhor e o pior do PT ao mesmo tempo.
Em resumo, se eu acho que dá pra ser diferente? Acho. Se temos que ser eternamente oposição? Depende de quem é o "nós", e do que entendemos por Política, com P maiúsculo mesmo. Quem acha que não havia e não há outro caminho, e, se o capital é tão imbatível quanto nos tentam fazer crer que é quando se joga por dentro, me parece que poderia abandonar de vez a luta institucional e eleitoral e jogar apenas de fora.. o que muita gente boa também faz, e me parece legítimo.
E ai não me refiro a ser apenas "oposição", não, mas ser antissistema mesmo. Nem peçam reforma política de nenhum jeito, nem ampla nem profunda, já que isso, nessa lógica, não servirá para nada. Isso seria mais coerente do que apenas lamentar o resultado pelo impeachment, sem fazer, enquanto governo, a indispensável autocritica e articulação, humilde, com as forças políticas que sempre apontaram que esse caminho teria um resultado deprimente.
A real disputa Política é uma disputa por corações e mentes na sociedade, uma disputa que gere uma população com educação e senso crítico para votar não apenas pelos "homens brancos cristãos" que conformam o atual Congresso, mas que nos permita reconfigurar a noção de jogo, de representação e representatividade, uma disputa por hegemonia discursiva.
Eu prefiro ser "realista" e seguir pedindo o "impossível".
‪#‎pelaautocríticadoPT‬

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E se Dilma não cair? 
O que virá? Como e com quem governar? 
Os petistas realmente acreditam que se não houver impeachment-golpe "tudo" acaba ali? Naquele triste balcão de pronunciações no Congresso e em números num painel? 
Não, claro que não!, dirão. 
Mas o que haverá, então? 
=-=-=-(Vai chegando ao fim as retoricas de "defesa da democracia", ao fim e ao cabo vazias, pois já tive que ouvir governistas me dizendo que é "dualismo" ser contra o impeachement e não apoiar o governo Dilma ao mesmo tempo...)=-=-=-
O que o PT quererá será um governo de "repactuação nacional", como tem feito menção Lula? Que mais bem pode ser lido como a tradicional acomodação, feita desde 2003, do capital e e das suas elites?
Continuara na ignóbil tentativa de repactuação intra-oligárquica que caracterizou os governos petistas por mais de uma década e que agora na hora do incêndio,(como bem explicitamente também se viu nas eleições de 2014) pede para os movimentos sociais e as esquerdas ajudarem a a pagar o fogo?
Ha uma chance concreta para a reorganização social através do governo com real representação da cidadania. Estamos na luta por "essa" atual democracia ( medíocre, que permitiu ocorrer tudo que ocorre neste momento no Brasil) por conta deste espaço de disputa. O PT saberá aproveita-la?
O PT fará, finalmente, a autocritica? Entenderá que o seu nome e sua história é poderoso, sim, para AINDA ser considerado pelas forças de esquerdas deste país (não apenas partidárias) para uma nova articulação em cadeias de equivalência das nossas diferenças, desde que faça este "mea culpa", também pragmático e realista (como sempre esse partido gostou de arrogar-se), porque já está comprovadíssimo que são as forças de esquerda as que sabem pelear e as com quem pode contar?
Mas esta luta será cobrada. Não se aceitará mais estelionato, mais retórico de "coração valente" pra depois chamar a escória da política brasileira pra governar, e não os reais atores de verdadeiras transformações sociais.
O sentimento que sairá da votação deste domingo realmente não será o da concórdia.
Se Dilma não cair, depois desta mobilização nacional gigante e radicalizada, e o PT seguir nesta posição patética de fazer retorica de esquerda, fazer questão da cor vermelha, mas seguir governando com e para a direita, ai sim teremos um golpe! E ai sim verão nossa desobediência civil!
Não há paz, ha trégua.
‪#‎pelaautocriticadoPT‬

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Este periodo de movilizaciones “contra el golpe” en Brasil no han ganado la tilde de “históricas” porque fueron a favor del PT, sino porque como no ha sido visto en más de 30 años, articularon alrededor del punto nodal "Abaixo a rede Globo!" a las izquierdas brasileñas, incluso y principalmente las no-partidarias, fortaleciendo a su paso el discurso por la democratización de los medios masivos de comunicación. Esto debe ser respetado y comprendido.

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Me parece muy bien la preocupación de UNASUR con la seguridad jurídica, en sus palabras, de la región. Yo lo que no entiendo es este uso vulnerable y esterotipado del término "político". Y esto se ve en en la retorica comun de muchos y muchos actores políticos que refuerzan este sentido de lo político, sabendo, en realidad (quiero creerlo...), que no deberian hacerlo. ¿Es que no son las razones, motivaciones, existencias en general siempre políticas? ¿En cuaquier esfera de la vida? Me sorpreende que, estando en el punto donde estamos en las ciencias humanas aun nos intimidamos con la palabra IDEOLOGIA. En la contienda brasileña, los dos lados hablan de lo "feo" que es lo "político" por "detrás" de todo este triste momento de maniobras, golpes y excesiones.
No, señoras y señores, aqui lo que hay en evidencia es lo ideologico, por adelante y por supuesto. La politica nunca es y nunca sera algo "simplemente". Política siempre fue y siempre será conflicto.

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Um pedido, talvez inocente...: Petistas e governistas, não tentem sequestrar as marchas pela democracia e contra o golpe! Não façam coro à narrativa midiática da Globo, aquela rede de TV que vocês hoje tanto criticam também, que tentam dizer que temos no Brasil um binarismo entre pró-governo, e os contra-governo. Vocês sabem, esse binarismo perverso não representa o momento.
Sim, vocês sabem!
Essas marchas não são históricas porque são contra ou a favor esse governo, senão porque articulam (em torno ao ponto nodal precisamente do "Abaixo a rede Globo", fortalecendo o discurso pela democratização da comunicação), como nunca visto em mais de 30 anos, as esquerdas brasileiras, inclusive e talvez principalmente as não-partidárias, e isso deve ser respeitado!
Ontem estivemos nas ruas de Recife, mais uma vez junto a certamente mais de 50 mil pessoas contra o golpe e pela democracia. Mas ver bonecos gigantes, dos tipos de Olinda, do Lula e da Dilma, como se fossem estandartes da alegria, ouvir os gritos de "Lula-Lula", como se também a ele não fosse possível atribuir tudo o que o PT se tornou, é muito chato, muito difícil. É muito, muito cansativo mesmo, marchar junto a governistas do governo federal brasileiro hoje que não querem fazer autocrítica.
PT partido em disputa? Há muito, mas há muito tempo mesmo , que não há nem sombra de disputa. Isso era coisa dos anos 1990, e sim, eu estava lá nessa época. Ali já dizíamos que partido, qualquer um, é instrumento, não fim. Que não se devia pensar na sigla como um simbolo eterno, que no momento que o instrumento ficasse obsoleto, se deveria joga-lo fora. 
O PT foi uma grande "frente ampla" que na sua trajetória optou por uma conjugação esdrúxula com o neoliberalismo e o neodesenvolvimentismo - algo hoje chamado de "lulopetismo", e isso foi o começo do seu fim.
O campo majoritário daquela época começou a ganhar definitivamente o partido em 1995, com a eleição de José Dirceu à presidência da sigla, e o instrumento, a ferramenta que era o PT, começou a perder fio. Dai foi tudo se "endireitando", pra nunca mais voltar. O ápice pra nós - de uma determinada corrente petista de então - foi a famosa "carta aos brasileiros" da campanha de 2002, e logo a coligação com o PL, que permitiu o Lula chegar ao governo para alisar com uma mão os pobres, e alimentar com a outra os ricos.
Para outros grupos, que vieram a fundar o Psol, o ápice foi a Reforma da Previdência de 2003, e o Mensalão de 2005. 
Quem ficou no PT: os incautos (ingênuos que nunca quiseram ver o rumo ideológico sem volta que o PT traçava e acreditam, até hoje, na "disputa interna"), os crentes (que tratam a relação com a sigla de maneira emocional-afetiva, como num dogma religioso), os fisiologisitas (que fizeram uma vida inteira de militância e dependência carreirista dentro do partido e dos cargos que as conquistas eleitorais permitiram), e os de direita mesmo, que sempre acreditaram na via "social-democrata" do PT, criticando a tal da "radicalização", termo muito comum naquele tempo para etiquetar as correntes do chamado campo de esquerda naquela época que denunciavam o que aconteceria (e aconteceu) com o partido se seguisse como seguiu.
Desde então, nunca mais houve disputa no PT, e nunca mais vai haver. O PT, agora, chegou ao seu limite em todas as dimensões, e por coerência ou pelo menos por um minimo de dignidade e responsabilidade, deveria autodestruir-se. Deveria acabar-se, olhar sua história, legado e atual situação e enterrar-se como uma referência do passado, sem fazer-se mais ridículo do que já fez. Deixar brotar o novo, porque "até do lixão nasce flor".

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"Está acontecendo" - El grito "Abaixo a Rede Globo" en las marchas contra el golpe y por la democracia en Brasil es no apenas indispensável, sino también representante de un determinante punto nodal para articulaciones de las izquierdas en el país. Crea muslos para la lucha historica por la democratización de la comunicación en Brasil. Y articula las izquierdas en un posible bloco historico, en sentido gramsciniano, en torno a este antagonico.

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Construindo hegemonia no Brasil? Sim, porque estamos vivendo um processo de universalização do particular. Porque estamos nas ruas do país nestes tempos na posição contra o golpe e pela democracia porque esta é a que agora articula, a partir de um antagonico maior, um conjunto de forças políticas de esquerda que de outra forma não marchariam juntas. Contingentemente foi este momento e posição, e não poutros, que foi capaz de canalizar o descontentamento, dar nome ao inimigo, tomar a iniciativa de convocar manifestações que aglutinem diferentes leituras dos acontecimentos. O slogan "abaixo a rede Globo!" é o ponto nodal para essa capacidade de representar, enquanto uma posição particular, algo maior, mais abrangente, neste caso a democratização da comunicação no Brasil que tem o potencial de incluir ainda outras demandas particulares. O teórico político argentino Ernesto Laclau chama isso de HEGEMONIA - essa situação resultante de uma relação em que uma determinada identidade, num determinado contexto histórico, de forma precaria e contigente, possa representar multiplos elementos. Vamos irromper como "terceira força" no Brasil através da luta pela democratização da comunicação, e não pelo chamado a eleições gerais. A hegemonia é contingente e precária. Há que lutar.

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Hoy en Brasil no tenemos apenas una judicialización de la política sino una politización del Judiciario. Y política se hace con lucha.

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LA HORA DEL CUARTO PODER - No hay los famosos y esperanzadores (muchos dicen ingenuos…) espacios y acciones de unidad e identidad de la izquierda brasileña desde los años 1980, se dice y parece evidente. Pero la situación resultante de la tilde, peyorada, de populismo que parte del Judiciario creó para sí mismo en su arrogante y, en la interpretación de muchos juristas, torpe actual forma de actuar - descaradamente asociada a una grande media corporativa nacional cada vez más denunciada como secuestrada de los intereses de las élites - parece haber generado un inesperado y necesario antagónico para establecer un articulador discursivo fundamental para promover cadenas de equivalencia entre actores políticos en la izquierda. Siempre tan desconfiados y sospechosos entre sí, y sin capacidad de coordinar un programa mínimo por todas estas décadas, parece que hay ahora un momento singular. La articulación de estos grupos parece ahora que ocurre alrededor de este negativo, de este antagónico que Sergio Moro y Rede Globo materializan, teniendo como punto nodal el inusitado discurso del Estado democrático de Derecho, expreso en el slogan “Nao Vai ter Golpe” y promoviendo el grito generalizado por la democratización de la media en Brasil.

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18 de marzo de 2016 – Día de lucha histórica en Brasil. Pero atención, LA PROTESTA NACIONAL DE HOY NO ES PRO-LULA, Y MENOS PRO-PT. Es una acción nacional de la izquierda brasileña a favor de la legalidad democrática y en contra el sendero que sectores parios de la sociedad brasileña intentan abrir para las tinieblas fascistas y reaccionarias que hace rato se insinúan en el país, y ahora encontraron su brecha que quieren expandir. No vamos a aceptar corruptos históricos poniéndose como paladinos de la justicia para intentar ganar mentes y corazones de mucha gente incauta - que están en las calles mezcladas con la escoria – que quiere apenas dignidad y ética en la política nacional. Y vamos a denunciar un judiciario que nos está avergonzando, eliminando garantidas individuales constitucionales, promoviendo, en una enorme paradoja, el fin del Estado de Derecho. Petistas y Lulistas van, si, estar presentes, van a querer una “ride” en esta lucha que llegó a un punto crucial cuya responsabilidad es, en grande parte, de sus torpes opciones políticas. El impeachement, fabricado como fue, es el endosar del juego de las elites políticas de Brasil que prefieren comerse desde adentro y dejar que su vómito, fruto de la indigestión de esta fagocitase maldita, desborde al país entero, llevando el Estado de derecho del país al borde del abismo. No lo permitiremos! Fascistas, reaccionarios, golpistas y conservadores no pasarán!