Monday, 30 November 2009

El pulgarcito de America no es idea de Gabriela Mistral!

Hay mucho ocurriendo en el escenario internacional latinoamericano que merecería un post o dos. La situación en Honduras y la determinada, coherente y ejemplar posición de Brasil ante el triste y asqueroso momento por lo cual pasa la hermana república de Honduras seria tema para perderse. A la vez, es asunto que merece también destaque porque cada vez mas son importantes las manifestaciones de apoyo a Brasil y a otros valerosos países, incluso desde humildes canales de comunicación como este, perdido en la blogsphere.

Sin embargo, en este periodo de pánico personal al asomarse los plazos para la finalización de mi tesina de maestría, me pareció inevitable mencionar una descubierta reciente:

El apodo de pulgarcito de América dado a El Salvador, tan popular, tan intensamente presente en el imaginario de la población, tan caro a propias definiciones de la identidad cultural del país, no ha sido formulado por la poetisa chilena Gabriela Mistral, como siempre se ha asumido. Mistral fue la primera escritora latinoamericana a ganar un Premio Nobel y su visita al país en la década de 30 siempre fue motivo de orgullo para los salvadoreños, bien como el apodo.

Sin embargo, un articulo del doctor en literatura Rafael Lara Martinez revela que el autor del sobrenombre es un otro escritor salvadoreño, Julio Enrique Avila. Y aun mas, ha sido Roque Dalton, la vaca sagrada de la literatura centroamericana, uno de los nombres responsables por esta rescritura de la historiografía literaria nacional.
Excelente texto y sorprendente y aclaradora revelación aquí, en el sitio de la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica.

2 comments:

K said...

Pois então, vamos honrar os créditos de Julio Enrique Avila!
Passarei horas no site da associação, gostei muito dele!
Beijo

D&R said...

Cuando leí por primera vez este artículo me sorprendí con la sencillez de la descubierta. Y, sabes porqué? Porque el "chico investigador" no hacía nada más que su trabajo: investigar, leer, ahogarse en las hojas de la literatura/historia. Y eso es lindo, verdad? Es tranquilamente revolucionario, digo yo. Imaginate... Leyendo, me di cuenta que el apodo más famoso de mi país, viene de otra fuente. Es sencillo y grandioso a la vez! Quiero que algo así me pase algún día. Ojalá pueda hacer una ravolución tranquila. Pero una cosa no se puede cambiar y hay que decirselo, El Salvador será siempre el pulgarcito de américa y está clavado en un pulgarcito de mi rojo corazón latino.