Saturday 6 February 2010

Pecados de mi padre




(Texto tomado, sin ediciones y con autorización, de Ojos Fritos)

"Una maravillosa antorcha de paz que está prendida por el hijo del gran narcotraficante colombiano Pablo Escobar, Sebastian Marroquín.

Realizado por el brillante argentino Nicolas Entel el documental “Pecados de mi padre” da luz sobre la familia del potente traficante y las consecuencias de sus actos. Más allá de un testimonio familiar es un real mensaje de paz y amor transmitido por el hijo y los participantes del documental que plantean una reconciliación de la cual tenemos todos algo que aprender. Porque si ellos pudieron hacerlo pues cada uno a su escala puede repetir el proceso.

Pablo Escobar era un hombre “extremamente rico, y extremamente peligroso” quien en los años 90 manejaba los 80% del tráfico mundial de cocaína, su barrio: el Medellín. Para extender su poder hizo una serie de crímenes elevados a unos 4000 víctimas incluyendo los dos líderes políticos Luis Carlos Galán del Partido Liberal y Rodrigo Lara Bonilla, Ministre de Justicia en cuales el pueblo ponía mucha esperanza.

En 1993, muere como criminal pero también como héroe. Inútil decir para quien era un criminal, pero si que se puede observar en los archivos que transmitía una imagen de “héroe” muy fuerte. Era un “héroe” para las numerosas familias que habían beneficiado de la construcción de viviendas en cual invertía dinero y sigue siéndolo para muchos jóvenes quienes infelizmente siguen viendo en el personaje de “mafioso” algo envidiable.

En este documental su hijo tras años de exilio y de intensa evolución humana pide perdón a los hijos de los políticos y todas las victimas de su padre. Con una madurez increíble explica sencillamente que la más grande enseñanza que guarda de su padre es justamente que para seguir vivo el único camino a seguir es el contrario del de su padre y que este camino de violencia no va a ningún sitio.

Es durante el festival de documentales Docs Barcelona ( http://www.docsbarcelona.com/) y con la presencia del hijo mismo que se pudo descubrir vía este gran hombre la realidad de un hecho histórico conocido y además iniciar una toma de consciencia más profunda sobre los beneficios del perdón en el proceso de paz en un país. Es con una admirable sinceridad que Sebastián se quiere liberar de este peso genético y que da –quizás sin saberlo- una esperanza para el mundo entero.

Los “héroes” de la mafia ya no valen un peso, símbolos de rebeldía admirados por demasiadas generaciones, solo sirven para alimentar una maquina económica que favorece la violencia. Una violencia inaceptable a la vista del claro fracaso de la riqueza como sinónimo de felicidad. Este punto se manifiesta por la anécdota de Sebastián que comentó que durante una época casi se muere de hambre porque estaban rodeados de millones pero ni podían ir a salir a comprar algo de comer porque estaban rodeados de la policía. El colmo de la plata sucia… ¡la tienes pero no la puedes usar!

Más allá del debate sobre el narcotráfico este documental es entonces una real prueba actual de las posibilidades humanas en auto capacitar los errores pasados y también el concreto ejemplo de cómo una generación después se puede realizar un proceso de paz sincero.

Un testimonio lleno de esperanza que ojala incita a muchos en no pasar la línea (por algo que no es) pero más bien en seguir la lucha para un mundo mejor, para la mejora del ser humano y de sus capacidades en cambiar su destino. "

2 comments:

ojos fritos said...

2 palabras: peace & love ;)

Aleksander Aguilar said...

aajajaj, excelente! estaba esperando que te quejaras de la ausencia de la frase polemica...ejejeje. Vale, hecho el registro!